Por qué chirrían los frenos de tu coche (y qué hacer al respecto)
No hay nada mejor que la libertad de tener tu coche. Pero como cualquier conductor sabe, los coches pueden traer dolores de cabeza, entre ellos los frenos chirriantes. ¿Qué causa este molesto problema? ¿Y qué puedes hacer para solucionarlo? Si te haces estas preguntas cada vez que te paras en un semáforo en rojo, no te preocupes.
Esta guía explica las causas más comunes de los frenos que chirrían y ofrece soluciones que puedes probar tú mismo. Sigue leyendo para saber cómo hacer que los frenos de tu coche dejen de chirriar para siempre.
- Por qué chirrían los frenos de tu coche
- Causas de los frenos que chirrían
-
Posibles soluciones para los frenos que chirrían
- 1- Sustituye las pastillas de freno desgastadas en cuanto empiecen a chirriar.
- 2- Haz que un mecánico retire los restos de tus frenos lo antes posible.
- 3- Limpia y lubrica los frenos para que sean más silenciosos.
- 4- Dale 2-3 días a las pastillas de freno nuevas para que dejen de chirriar.
- 5- Aplica los frenos unas cuantas veces para eliminar el ruido causado por la humedad.
- 6- Sustituye inmediatamente los discos de freno dañados.
- 7- Sustituye los tambores de freno viejos o haz que los repasen.
- Diagnóstico de otros ruidos de frenos
- Advertencias
Por qué chirrían los frenos de tu coche
El chirrido de los frenos puede deberse al óxido, a restos atascados, a componentes de los frenos dañados y al desgaste normal de las pastillas de freno con el paso del tiempo.
Arregla los frenos que chirrían eliminando el óxido y los residuos, o sustituyendo las pastillas, zapatas, rotores, tambores y otros componentes viejos.
También puedes reducir el chirrido lubricando los componentes de los frenos, como pinzas, tornillos y cualquier superficie metálica que pueda rozar entre sí.
Causas de los frenos que chirrían
Si tu carro hace un chirrido en los frenos quizás ya es hora de cambiar la pastilla o incluso el disco. A continuación, las posibles causas de los frenos que chirrían.
1- Pastillas de freno desgastadas
Los frenos de tu coche funcionan apretando unas pastillas abrasivas contra las superficies metálicas de detrás de las ruedas, haciendo que éstas frenen. Se llaman «pastillas de freno» o «zapatas de freno». Si las pastillas se desgastan demasiado, un trozo de material llamado «indicador de desgaste» roza con el metal, emitiendo un chirrido que te avisa de que hay que cambiar las pastillas.
Las pastillas de freno desgastadas deben sustituirse inmediatamente para que los frenos sigan funcionando correctamente.
Las «pastillas de freno» se encuentran en los frenos de disco de las ruedas delanteras del coche. Algunos coches tienen frenos de disco en las cuatro ruedas.
Las «zapatas de freno» se encuentran en el interior de los frenos de tambor de las ruedas traseras de algunos coches.
2- Pastillas de freno nuevas
Las pastillas de freno nuevas tienen un periodo de «rodaje» durante el cual pueden chirriar un poco al desgastarse las superficies frescas de las pastillas. El chirrido suele desaparecer al cabo de unos días de conducción normal.
Si el chirrido se prolonga más de 2 ó 3 días, puede haber otro problema, como un resto de suciedad atascado.
3- Pastillas de freno cerámicas
Los frenos cerámicos de alto rendimiento suelen chirriar. Es normal y no afecta al rendimiento de los frenos. El chirrido no desaparece, pero la durabilidad y fiabilidad de los frenos cerámicos hacen que merezcan la pena para ciertos tipos de coches, como los deportivos de alto rendimiento.
Los frenos cerámicos están diseñados para maximizar la potencia de frenado, permitiendo a los coches frenar rápidamente desde velocidades muy altas. No están pensados para la conducción típica.
4- Polvo o residuos atascados en los frenos
A veces, la suciedad, las piedras pequeñas y otros residuos se atascan bajo las pastillas de freno de tu coche. Cuando frenas, los restos rozan los discos de freno, produciendo un chirrido o quejido.
Con el tiempo, los residuos pueden arañar y dañar las pastillas y los discos de freno, provocando aún más chirridos.
5- Rotores de freno oxidados
El óxido puede acumularse en los discos de freno debido a la humedad o la lluvia. Después de un día lluvioso o húmedo, puedes oír un chirrido cuando las pastillas de freno rozan la superficie oxidada del rotor.
El chirrido será más perceptible al frenar a velocidades inferiores a 16 km/h (10 mph).
Paso 6 Los tambores de freno necesitan lubricación
Los tambores de freno necesitan lubricación
Si tu coche tiene frenos de tambor en las ruedas traseras, los frenos pueden chirriar al rozar el mecanismo de frenado con el soporte metálico del tambor. Los frenos de tambor suelen estar lubricados para evitarlo, por lo que es posible que la lubricación se haya desgastado.
Si tu coche tiene frenos de disco en las cuatro ruedas, esta situación no se da.
6- Rotores de freno dañados
Los discos de freno de tu coche pueden rayarse, desgastarse o alabearse por restos atascados, o por muchos años de frenado. Esto puede hacer que los frenos chirríen al rozar las pastillas con las protuberancias y ranuras de la superficie del disco.
Los discos alabeados también pueden ser señal de problemas mecánicos. Por ejemplo, es posible que la pinza de freno no aplique una presión uniforme a las pastillas de freno, provocando más fricción en un lado del disco.
Posibles soluciones para los frenos que chirrían
Este ruido se podría quitar fácilmente solo limpiando la superficie de contacto del sistema de frenado. En la mayoría de los casos, unos frenos hacen ruido solamente porque están desgastados. Aquí todas las soluciones posibles.
1- Sustituye las pastillas de freno desgastadas en cuanto empiecen a chirriar.
Los indicadores de desgaste de las pastillas de freno son metálicos, lo que hace que chirríen al rozar con el disco de freno (o con el interior del tambor de freno), dañándose con el tiempo. Evita este problema haciendo que un mecánico sustituya inmediatamente las pastillas de freno desgastadas.
Si ignoras el problema, los indicadores metálicos de desgaste podrían hacer surcos profundos en los rotores de los frenos o en el interior de los tambores de freno, lo que obligaría a cambiarlos. Esto será mucho más caro que sustituir las pastillas de freno.
2- Haz que un mecánico retire los restos de tus frenos lo antes posible.
Las piedras pequeñas, la suciedad y otros residuos pueden atascarse en los frenos y causar daños importantes. Reparar esos daños puede resultar caro, sobre todo si tienes que cambiar el disco o la pinza de freno. Haz que un mecánico retire los restos de inmediato para evitar que se acumulen los daños.
Tu mecánico puede sustituir las pastillas de freno si están dañadas por los residuos, pero esto no será demasiado caro. Sustituir las pastillas forma parte del mantenimiento normal de los frenos.
3- Limpia y lubrica los frenos para que sean más silenciosos.
Los frenos suelen chirriar cuando sus componentes metálicos se oxidan, se atascan o rozan entre sí. Haz que un mecánico inspeccione tus frenos y elimine el óxido. Si es necesario, pueden añadir lubricante para reducir los chirridos.
El óxido también puede causar corrosión del metal y problemas eléctricos en tu coche, que pueden ser caros de reparar.
Si ves óxido en los frenos, las ruedas u otra superficie, haz que lo eliminen cuanto antes.
4- Dale 2-3 días a las pastillas de freno nuevas para que dejen de chirriar.
Si te acaban de cambiar las pastillas de freno y han empezado a chirriar, conduce con normalidad durante 2-3 días. Esto permite que las superficies frescas de las pastillas se desgasten un poco, igualando sus superficies. El chirrido debería desaparecer por sí solo.
Si el chirrido no cesa, haz que un mecánico inspeccione tus frenos y los ajuste según sea necesario.
5- Aplica los frenos unas cuantas veces para eliminar el ruido causado por la humedad.
En días húmedos o lluviosos, el óxido y la humedad se acumulan rápidamente en los discos de freno. Conduce con normalidad y acciona los frenos unas cuantas veces para eliminar la humedad y el óxido. El ruido debería desaparecer.
Aparca el coche en un garaje cerrado para minimizar el óxido de la lluvia y la humedad.
Conduce el coche con normalidad durante un día hasta que toda la acumulación se haya raspado de los frenos.
6- Sustituye inmediatamente los discos de freno dañados.
Con el tiempo, los rotores de los frenos de disco se desgastan y empiezan a chirriar. Pide a un mecánico que inspeccione los rotores en busca de arañazos, alabeos y otros daños. Por tu seguridad, haz que te los cambien inmediatamente si detectan algún daño.
Los frenos pueden no funcionar con la misma eficacia si los rotores están deformados o dañados. Esto podría provocar un accidente, aunque el problema no sea perceptible durante la conducción diaria.
7- Sustituye los tambores de freno viejos o haz que los repasen.
Los tambores de freno se desgastan lentamente a medida que las zapatas (las pastillas de freno dentro del tambor) rozan la superficie interior del tambor. Esto puede provocar chirridos y otros ruidos. Si tu coche tiene frenos de tambor en las ruedas traseras, haz que un mecánico los inspeccione para determinar si es necesario rectificarlos o cambiarlos.
El rectificado añade una pequeña cantidad de material al interior del tambor de freno, para que funcione como nuevo. Suele ser más barato que cambiar el tambor, pero no siempre es posible.
Si el recargue no es una opción, tendrás que cambiar los tambores de freno.
Diagnóstico de otros ruidos de frenos
Debes tener en cuenta otras señales que puede emitir tu sistemas de frenos.
1. Frenos que retumban, rechinan y chirrían
Estos sonidos suelen ser mucho más fuertes que los chirridos, y podrían indicar problemas importantes en los frenos de tu coche. Puede que las pastillas de freno estén completamente gastadas, o que los rotores o los tambores estén muy dañados. Lleva tu coche al mecánico inmediatamente si oyes estos ruidos.
Un frenazo fuerte, chirriante o retumbante puede significar que los frenos no funcionan correctamente. Por tu seguridad, evita conducir el coche hasta que un mecánico diagnostique el problema.
2. Ruido metálico al pisar el freno
Esto puede deberse a un problema en el sistema de suspensión de tu coche. También puedes notar que el coche se inclina hacia un lado o hacia delante cuando pisas el freno. Los baches de la carretera pueden parecer más ásperos de lo normal.
También es posible que tengas un cable de freno suelto, que podría estar chocando contra el coche cada vez que pisas el freno.
Haz que un mecánico inspeccione los frenos y la suspensión si tienes estos problemas.
3- Luces de advertencia de frenado y ruidos al mismo tiempo
Evita conducir tu coche si la luz de advertencia de los frenos está encendida y oyes ruidos al frenar. Tus frenos pueden tener una avería grave, como un nivel bajo de líquido, fugas u otros problemas que podrían hacer que fallaran. Lleva el coche a un mecánico para que inspeccione los frenos.
Asegúrate de que el freno de emergencia no está accionado. Si accidentalmente lo dejas puesto, la luz de advertencia de frenado de tu coche permanecerá encendida y oirás un ruido sordo.
Advertencias
El mal funcionamiento de los frenos puede provocar accidentes con resultado de lesiones o muerte.
Por tu seguridad, lleva tu coche a un mecánico autorizado cada 12 meses o 19.000 km (12.000 millas), lo que ocurra primero.
Asegúrate de que el mantenimiento y las reparaciones de los frenos están incluidos en tu revisión periódica.
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